El Consejo General de Enfermería denuncia «discriminación» para ocupar puestos de dirección sanitaria
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
El Consejo General de Enfermería (CGE) ha denunciado un «nuevo ninguneo» contra la profesión enfermera, esta vez por parte de la Diputación de León, que ha impedido que los enfermeros puedan optar a la dirección de la residencia Santa Luisa, en León.
«A pesar de que la enfermería cuenta con estudios universitarios de grado desde hace ya 15 años, la administración leonesa ha decidido apartar la posibilidad de que puedan enviar candidaturas para el puesto», lamentan en un comunicado.
Pero esta no es la primera vez que un caso así ocurre a pesar de la demostrada formación enfermera. De hecho, tanto en Comunidades Autónomas, como en Instituciones de Sanidad del Estado, la enfermería es apartada de todo órgano de dirección. El CGE quiere movilizar a sus cerca de 300.000 enfermeras para frenar esta «discriminación» tan «injusta».
En definitiva, la institución insiste en que la residencia podría estar dirigida por un arquitecto, un periodista o un abogado, pero no por un enfermero, «profesionales que trabajan dentro de estos centros y conocen el manejo y la gestión de los mismos».
Así, desde la institución que aglutina a los más de 330.000 enfermeros de España se considera «inadmisible que hayan acotado la posibilidad de presentarse a profesionales del grupo A1, quitando la oportunidad a las enfermeras».
«Este es un nuevo ejemplo de cómo las enfermeras se encuentran actualmente en un nivel inferior en lo que a la escala pública se refiere. Quién mejor que un profesional sanitario para dirigir una residencia sociosanitaria. Por eso, reclamamos al Gobierno que ponga fin a este despropósito y acepte que las enfermeras están formadas para recibir la categoría A1», afirma el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.
Desde la institución quieren también recordar a la Diputación de León que las enfermeras «están sobradamente formadas para ocupar puestos de gestión como este». «Cuatro años de grado, más dos de especialidad en muchos casos, avalan su formación. Además, subrayan que las enfermeras pueden también formar parte de programas de máster y doctorado», insisten.
«Las enfermeras ya deben estar en todos los estamentos políticos y sociales. Tenemos ejemplos de enfermeras consejeras de Sanidad, como en Baleares y Andalucía, también son gerentes de hospitales y dirigen centros de salud, por lo que no entendemos la decisión de la Diputación leonesa de retirar a las enfermeras de la posible dirección de esta residencia», agregan al respecto.
Según la Ley, formar parte del grupo A1 o del A2 depende de dos factores: la titulación académica y de la responsabilidad de los profesionales. En la actualidad, los enfermeros pertenecen al grupo A2 de la administración pública, sin embargo, cumplen todos los requisitos para estar adscritos al grupo A1: titulación académica y grado de responsabilidad.
Las enfermeras tienen una titulación académica (Grado Universitario de 240 créditos) que es idéntica a la de otras profesiones como economistas, abogados, psicólogos y periodistas que sí están incluidos en el grupo A1.
El segundo de los criterios para formar parte del grupo A1 es la responsabilidad del profesional. «Basta echar un vistazo en el trabajo diario de las enfermeras para confirmar cómo en sus manos está la mayor responsabilidad que puede recaer en un profesional: la vida de las personas, la vida sus pacientes. ¿Tiene más responsabilidad que la enfermera un economista del departamento financiero del hospital, un abogado de su asesoría jurídica o un periodista del gabinete de prensa? Con todo el respeto a su trabajo que es fundamental e imprescindible, la respuesta es «no», porque en las manos de ninguno de ellos está la vida de las personas», esgrimen.
Pérez Raya explica que «pertenecer al grupo A2, en lugar del A1 que es el que correspondería a la profesión, supone un techo de cristal injusto para la evolución y el crecimiento profesional de las enfermeras y enfermeros».